Silencio, eso fue lo que siguió a ese magnífico momento, ninguno sabia que decir, se miraban con los ojos vacíos, con una mirada de inseguridad, que infundía mas inseguridad aun en el otro, pero cuando estaban ahí los dos, solos, mirándose después de ese momento, aparecieron los demás, y los llevaron adentro, Alberto fue con si prima y Laura con las chicas, aunque esta ultima se le veía dentro del grupo, pero como si no atendiera a las conversaciones, mientras tanto, Nerea había notado algo raro en Alberto:
-Alberto, ¿que ha pasado? y no me digas que nada que no me lo creo.
-No se.... estaba ahí, dispuesto a decirle que no sentía nada por ella cuando.....
-¿Os habéis liado? jajaja ¿Y como es que has cambiado de opinión?
-Es que no se... estaba ablando con ella cuando me a besado y.... no se... ya no pienso lo mismo... pero tampoco se lo que piensa ella y.... pff... no se...
-Haber, tranquilízate un poco, que si ella es la que te ha besado se supone que si quiere algo, y tú por lo que parece también, así que yo no veo el problema, pero tu piénsatelo tranquilo.
-Si... vale, voy a tomar un poco el aire fuera, ¿te vienes?
-Claro, vamos.
Mientras tanto, Laura no dejaba de pensar en l oque había pasado, de repente se sentía insegura, ya se había lanzado y había dado el primer beso, pero la reacción de Alberto la había dejado confusa, quería saber lo que el opinaba, pero a la vez tenia miedo, ella sabia lo que sentía hacia el, pero no lo que el sentía hacia ella, y el miedo al rechazo le hacia no ir a hablar con el, además, su cabeza estaba ya demasiado confusa y es muy posible que un rechazo no encajara de la mejor manera en su cabeza, ¿Pero que hacer? ¿Cómo interpretar el momento de incomodidad después del beso? ¿Opinaría el lo mismo hacia ella que ella hacia el? demasiadas preguntas sin respuesta que rondaban su cabeza, y que no tenían respuesta. Ya no estaba a gusto en la fiesta, no se lo estaba pasando bien, no disfrutaba con tanta vuelta a la cabeza, y ni el alcohol ayudaba, así que Laura decidió irse a su casa, aunque le había costado convencer a sus padres de quedarse a dormir en casa de Luis, pero igualmente, cogió el bolso, echo una ultima mirada atrás buscando los ojos de Alberto, pero no los encontró, y se fue a paso ligero hacia su casa.
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